El pasado viernes se
presentó por primera vez en nuestro país Tokio Ska Paradise Orchesta, agotando
las localidades de Palermo Club.
Para nosotros los
argentinos, es algo poco común ver a diez artistas japoneses sobre un escenario
porteño, y si a esto le sumamos que son una comunidad más que tranquila para el
común de la gente, quiero comentarles, que la idea es errónea, ya que estos simpáticos
nippones, dieron un show más que divertido y cargado de energía.
Pero bien, antes que
ellos, se presentaron los locales Staya. Fervientemente recibidos por la
concurrencia que ya iba copando el lugar. Está bueno esto de que pongan
invitados acordes al show, ya que esto hace que el público entre temprano y
apoye a todas las bandas. Esperemos que esta situación se siga dando, ya que
nuestros artistas también se merecen ese respeto. Bien por Staya, que, en unos
40 minutos, supieron llevar más que bien arriba la fiesta durante su estadía en
las tablas.
Para cerrar la noche,
el Desteto (¿así se dice?), colmaron (y si, son 10 como para no llenar
cualquier escenario) las tablas. Prolijamente vestidos con trajes azules y
gafas de sol, de un segundo a otro dieron comienzo a la fiesta. Como comenté
anteriormente, para quien conoce gente oriunda de Japón, más que seguro me dará
la razón de que son gente más que tranquila y educada. En este caso la
educación continuó perfectamente, pero la tranquilidad, mamadeeera, la
perdieron al toque sobre las tablas estos muchachos. A lo largo de 20 temas y
en poco más de una hora de show, el cual comenzó con “Shoot in the dark” e
incluyó versiones de artistas tan disimiles, como Café Tacuba con “Eres”,
Prince Buster con “One Setp Beyond”, “Speak Softy Love” de Nino Rota, además con el que abrieron de
Henry Mancini, los también conocidos como “Skapara”, hicieron bailar a todos
los presentes.
“Samurai dreamers”,
“Ska me crazy”, “Horizon”, “Pride of Lions”, entre otras varias, alcanzan un mix
de sonido entre el ska jamaiquino y ritmos como el jazz, dejaron en claro que
son excelentes músicos y la pasan bien en escena. El público disfrutó y ellos aprobaron. Todos
contentos y todos bailados.
Cronica: Diego Adoue
LSJ
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